Ana y Manuel decidieron tener extremos muy opuestos en sus sesiones de preboda y postboda, así que hemos disfrutado con ellos de una preboda en plena Sierra Nevada y la postboda en las cálidas playas de Almería.

Al igual que este ejemplo, ellos con lo del tema de las fotos, son totalmente opuestos, a nuestra novia le encantan y a el no tanto, aunque creemos que en el fondo también le mola eso del pose.

Cada boda es una historia diferente, con todas las cosas que en ella pasan,  y no nos cansamos de decir lo afortunados que somos con ser parte de ese momento, sin duda, el que será uno de los más importantes en sus vidas.

En ésta boda ya nos sentíamos como que éramos de la familia, pues a uno de los hermanos de Eva, le habíamos hecho su boda hacía unos años.

El caso es que como la confianza es un grado, para nosotros fue un auténtico gustazo hacerle la boda a Jorge y Eva, pues todos, pero que todos , estábamos más sueltos ese día, y eso que hizo un calor horroroso, pero ellos estaban radiantes y guapísimos.

La postboda se hizo en la playa, y nos reímos tantísimo, que nos dolían las mandíbulas de tanta risa, en fin, que nos lo pasamos muy pero que muy bien.